SOBRE LA FE EN EL SER HUMANO. MI CLAUSTRO ES EL MUNDO. SOR LUCIA CARAM

Tal y como  le prometí a Sor Lucía Caram, voy a escribir en mi blog mis impresiones sobre su libro : "Mi claustro es el mundo". Quizás ya lo habéis visto publicitado por televisión, radio o internet, donde ella navega a menudo para relacionarse con todo el mundo. La portada quizás eche para atrás a más de uno, ya que aparece ella tal cual, vestida de monja, y podemos pensar que es un libro tipo catecismo o algo por el estilo. Nada más alejado de la realidad. Ella se muestra tal como es. Natural y espontánea. 
Tengo que reconocer que cuando la escuché por televisión me entusiasmó su verborrea, sus ganas de vivir, el no tener nunca las manos en los bolsillos, y el interés de ayudar a los demás por encima de todo. 
Pues bien, me introduje poco a poco en su historia. Ya desde pequeña despuntaba en ser alguien original y divertida, eso sí con mucha personalidad. Siempre las ideas muy claras de seguir una filosofía de vida de ayuda y comprensión a los demás. A ella la inspiraba la fe de las ideas de Jesús, pero a nivel esencial, descartando actos superfluos que no tienen sentido. 
El respeto está escrito en letras mayúsculas. Cada ser humano concibe a Dios como algo suyo, diferente, pero que tiene como generador el amor a los demás y la necesidad de hacer un mundo mejor. 
Que nadie se espere un libro que nos de paz espiritual. Todo lo contrario. Te incita a la acción. A no estar plácidamente en tu casa, firmando virtualmente peticiones que llegan diariamente a tu correo electrónico. Hace falta actuar y ser sensible a la realidad que estamos viviendo y ayudar a las personas que están necesitadas de los más mínimos recursos. 
Es verdad, que ha creado mucha polémica. En algunos círculos , incluso llega a molestar, a fastidiar. Pero, está claro que es una gran creativa a nivel de marketing, ya que solamente a este nivel, en esta sociedad tienen los actos relevancia. Si intentas agradar a todo el mundo, a ser políticamente correcto, pasas desapercibido. Y el grito de muchas personas carentes de lo más básico debe de oírse. Y nadie puede permanecer pasivo ante esta llamada de socorro. 
Ella no lo ha hecho. Y va a dónde haga falta su presencia, para no pedir, sino para exhibir que es mucho lo que todos podemos hacer, ya que sinceramente no podemos esperar gran cosa de las personas que nos gobiernan. 
He tenido la gran suerte de conocerla en persona. A ella, y mucha gente que le rodea. Alguien cercano a Lucía me dijo: "Llámale fe o llámale lo que quieras, pero esta mujer me ha devuelto las ganas de vivir". Y es que ella desprende eso, vitalidad, buenas vibraciones y un sentido del humor encantador. 
Me hizo gracia que en libro refiere que su nombre preferido es Sofía . El mío también , de hecho, le puse de nombre a mi hija Sònia. Su variante en ruso, que significa sabiduría. 
Os recomiendo el libro para pasar ratos de risa, de transmisión de valores, inyección inigualable de energía positiva y sentir que cada uno de nosotros tenemos un Dios personal que nos influye a sensibilizarnos con quién más nos necesita.

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