LOS ARTÍCULOS EN TU VIDA

A la hora de escribir, de hablar y claro está de pensar muchas veces no tenemos en cuenta los determinantes , esos pequeños acompañantes que pueden acotar, expander, acompañar, poseer , alejar,  acercar a personas, cosas, lugares y emociones. 
No es lo mismo decir : "Eres el amor de mi vida" que "Eres un amor en mi vida"... Pero y si quitamos el determinante: "Eres amor en mi vida" ¿Qué bonito suena, no? En el primer caso denotamos que aquella persona es la principal en tu vida, aunque haya habido más, nadie te ha calado tan hondo como ese ser. Si comentas la segunda frase puede quedar como que eres uno más entre tantos, o que te portas bien con aquella persona, que eres amable y cordial. Ahora lo más de lo más es ese amor sin artículo que desborda dicha, bondad, paz, algo que alimenta a tu alma y que refiere a alguien que tiene la capacidad de repartir amor y que te llega a tí en letras mayúsculas. 
Si nos ponemos hablar de los posesivos , ni te digo, no es lo mismo decir mi amor, que tu amor, que su amor, o nuestro o vuestro... Aunque siempre he pensado que el amor no tiene dueño . En ese sentido es como un gato. Tú piensas que eres dueño de esa mascota , cuando no es así. Él te posee a tí. Tú eres el que cae en sus redes, ronroneos y caricias. Y le das de comer, lo peinas, lo llevas al veterinario. Y al final cuando se va te das cuenta que ha dejado un vacío tan grande en tu vida que te das cuenta que él era tu verdadero dueño. Pues eso ocurre con el amor. Cada uno piensa que es dueño de sus propios sentimientos, de lo que siente y piensa. Y no es así. El amor te envuelve, te hace suyo y te mueve como si fueras una marioneta. ¡Qué gracia! Piensas que eres tú el que se mueve con la música. 
Si hablamos de demostrativos , este, ese , aquel. Este amor es el que tienes presente, el que vives ahora mismo, el que te hace pensar en el presente, en los momentos que conforman tus minutos día a día, que te hacen llenar los capítulos que vas viviendo que luego conformaran ese amor y más tarde aquel amor que nos llenará de melancolía en muchas ocasiones. 
¡Ah! Y se me olvidaban los indefinidos, los numerales, los interrogativos... Cada complemento que acompaña a la palabra es importante para engalanar, empobrecer, atormentar, numerar, cuestionar la definición que queramos dar.
Por eso creo que es muy importante a la hora de poner un título a un libro. La primera impresión es la que vale... eso dicen... A veces funciona... otras no... Pero... ¿no estamos de acuerdo, que si no ponemos un determinante, es más flexible y se puede amoldar más a cada persona, y ella es la que se encargará de ponerle un artículo quizás, un adjetivo posesivo, lo más seguro, o un cardinal: que sería genial: Es el primer libro que me ha llegado al corazón.... Mi reflexión entre informes de maestrilla. 

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